Oficio plástico, Alex Gross y los escenarios del aislamiento en las relaciones humanas.

marzo 31, 2017

Oficio plástico, Alex Gross y los escenarios del aislamiento en las relaciones humanas.

por Alex Gross - "Suspicion", 2016.

Interesado por el distanciamiento en las interacciones humanas provocado no sólo por la interacción excesiva con la tecnología, sino también por el atisbo de la costumbre, Alex Gross cobra relevancia no sólo por una excelente factura en su trabajo plástico, sino por vincularse a una corriente que cuestiona la realidad que nos atañe.

En “Suspicion” una pareja en cama recostada se muestra íntimamente alejada, sus pensamientos se encuentran ya distanciados: la mujer da la espalda al compañero de vida, mientras frente a ella yace un teléfono celular, la sospecha de que el amor se ha ido a alguien más es latente y el teléfono pareciera ser el medio justificado. El final de una relación pudiera ser la sentencia del cuadro.

En “Laurel Canyon Social Network” el escenario es un fin de semana en el cual la presencia se convierte en ausencia, el grupo de amigos, en aparente disfrute de la comodidad, es incapaz de relacionarse: ante el trasfondo de un día soleado y la abundante naturaleza, una mujer que ocupa el centro de la composición se dispone a tomar el desayuno mientras pierde la noción de ella misma, es el mundo virtual de su red social el cual le aqueja y le aparta de la realidad.

Gross también utiliza el retrato para representar el aislamiento tecnológico. En “Candy Crush”, por ejemplo, una joven envuelta en colores vivos propios de una dinámica virtual, se encuentra sujeta a su teléfono inteligente: atiende a la música y al video juego, su contexto real ha desaparecido, y ahora habita en un mundo rosa donde los copos de dulce caen como nieve que reconforta la existencia.

En “Food”, Gross se centra en el contraste de personalidades para ejercer una crítica a las limitaciones que se derivan de la sujeción astringente a la tecnología: el cuadro presenta un par de niñas gemelas que se alimentan de distintas formas, una de ellas disfruta de una paleta mientras que la otra es abstraída por su Ipad; la mano que sujeta la paleta está llena de coloridas pulseras, la niña mira fijamente al espectador, atrás de ella las aves vuelan con libertad; del otro lado las aves están plantadas en los techos sin mayor intención más que la espera. Hay una aparente búsqueda por representar las distintas cualidades que pueden ser desarrolladas por las personas en la medida que eligen sus formas de vida. Demasiada tecnología igual a perdida de contacto versus la libertad y apertura hacia los demás derivada de un mayor contacto con el entorno.

Los escenarios de aislamiento contemplativo son metáforas llenas de energía visual, son provocaciones para cuestionar el ambiente social en que nos desenvolvemos, pero más aún para abrir el dialogo con nosotros mismos, para cuestionar nuestras dependencias y nuestra actitud hacia la costumbre. Ofrecen un punto de partida para la búsqueda de soluciones ante los problemas de la habitualidad que nos exige comportamientos que se ajustan a lo socialmente aceptado. Que nos ofrecen una perspectiva para entablar una conversación interna que nos libere, o al menos nos mantenga equilibrados ante el mundo de estereotipos socialmente modelados.